Rancio 2017
Querido 2017: Llevas diez días con nosotros y ya hueles a rancio. Como sucede con cada año, al comienzo de tu existencia te vestiste con un traje nuevo, te maquillaste y nos prometiste, mejor dicho, nos prometimos que ibas a ser diferente. Pero no es así. Diez días, solo te han bastado 240 horas para que se te impregne ese olor tan desagradable. Hueles a cerrado. Pensamos que ibas a tener un olor agradable, a libros viejos por ejemplo. Pero no, todo sigue igual. Apesta.
Sí, te echo la culpa a ti, 2017, en un acto tan humano como es el de no querer mirarse al espejo y darse cuenta de que la culpa es nuestra. De que somos nosotros los que hacemos que huelas a rancio. Por no querer acabar con la mediocridad y la indecencia y por bajar los brazos ante las injusticias. Nosotros somos los únicos responsables de que ese traje nuevo apeste. Y por tanto, los únicos que podemos limpiarlo. Manos a la obra.