Archivo
El aplauso de las hienas
Hace mucho tiempo se creía que los perros perdían su ladrido y los sentidos cuando estaban cerca de una hiena. Los Árabes creían que a quién comía los sesos de una hiena se le contagiaba la rabia.
Algo muy característico de la hiena es su risa, con ella se comunica con otros miembros de su clan. Cada hiena tiene su propia voz, y así puede ser reconocida por otras hienas. De esta forma, cuando los miembros del clan se encuentran alejados, pueden comunicar a los demás dónde están y así reagruparse con rapidez cuando se presenta la necesidad. Por ejemplo, si tienen que defender su territorio o formar un grupo de caza. El entusiasmo que les produce cazar una presa o encontrar carroña lo expresan con sus risas.
Si no encuentra carroña, mata y come animales indefensos. Es muy cobarde, nunca caza solo, siempre en manada, y la presencia de un solo perro pastor con un rebaño de ovejas es capaz de hacer huir a todo un grupo de hienas.
En España se ha encontrado un mamífero de similares actitudes a la hiena. Aunque físicamente no se parecen, el comportamiento recuerda mucho al de la hiena. También son cobardes, se agrupan en clanes y se nutren de seres indefensos. Además, son muy leales con los suyos, protegiéndoles y dándoles cobijo cuando lo necesitan. Sólo que estos seres, afincados en territorio español, además de reír, tienen la capacidad de aplaudir.
Sonríe ¿Por qué no?
¿Y si todos saliésemos mañana a la calle con la sonrisa puesta? ¿Y si todos nos diéramos los buenos días con alegría? ¿Y si mañana cuando nos pregunten “¿Qué tal?” contestemos “Muy bien. ¿Y tú?” en vez de “tirando” o “la cosa está muy mal”? ¿Qué ocurriría?
Propongo hacer el experimento. Colapsemos el mundo a base de ser felices. Bañemos las calles de sonrisas antisistema. Ignoremos a aquellos que visten de traje y que tanto sonríen ahora cuando nos explican los recortes a los que nos están sometiendo. ¿Y si mañana los que reímos somos nosotros? Probablemente, los que ahora sonríen dejen de hacerlo y en su cara se refleje el miedo. Y es que, que te arrebaten la sonrisa no es agradable.
¿Y si mañana todos nos ponemos de acuerdo para ser felices? ¿Para ver únicamente el lado positivo de la vida? ¿Si decidimos darle una patada a la prima de riesgo, al Ibex, a las marcas y a algún otro que se empeña cada día en amargarnos la vida?
¿Se imaginan despertar mañana y pensar, “ahí te quedas prima de riesgo” o “paso de ti déficit”?
Vale que ser feliz no evita que te recorten el sueldo, ni te encuentra trabajo, ni te devuelve una sanidad ni una educación pública decente. Pero quizá, ser feliz, sea el primer paso para cambiar la cosas. Porque no nos podemos olvidar de que la risa es bastante más poderosa que el dinero. Y además, es gratis.